El festival de música de Inglaterra que empezó allá por el 70 y que todavía sigue atrayendo a miles de personas de todo el mundo, en sus 5 días de duración. Parece que el año que viene no hay festiva!
Nace en el seno de una familia de artistas en Denver, Colorado el 3 de Abril de 1958, de padre fotógrafo y madre ceramista, su infancia transcurrió entre un pueblo de Colorado y una aldea en la campiña toscana frecuentada por artistas. De muy joven se interesa por la fotografía. A la edad de 13 años comienza a tomar sus primeras fotografías, adoptando ciertas pautas de trabajo, como fotografiar con luz natural, película blanco y negro, formato cuadrado; centrando la atención casi siempre en un sujeto único en la escena, pero siempre dando suma importancia a la luz.
Si bien sus imágenes revelan una fascinación estética por la muerte y la decadencia, materializada en casas decrépitas, flores secas y paredes descascradas, sus imágenes no sólo se mantienen ajenas a la desesperación que precede un suicidio, sino que resumen vitalidad, energía, poder y ansia de experimentación. Casi nunca enseña el rostro y experimenta con su cuerpo desnudo. A veces se mira con los ojos de una mujer y otras con el deseo de un hombre, pero nunca soporta estar fuera del encuadre.
Su obra consiste, mayoritariamente, en retratos de mujeres en blanco y negro, siendo ella misma la modelo en muchas ocasiones. El cuerpo es uno de los temas centrales de su fotografía; las figuras humanas aparecen borrosas, perdidas en la sombra, parecen formar parte de las salas invadidas por el deterioro. Femeninas, sensuales, intensas, a veces dramáticas, pero nunca desesperadas. Así, la mayoría de las imágenes de Francesca parecen tejer un mundo deliberadamente enigmático que le ha valido, junto con una turbulenta estancia en Roma y el epílogo del suicidio, también una fama de fotógrafa con aura maldita.
Autorretrato a los 13 años.
Un mundo poético.
El futurismo y el surrealismo fueron influencia para Woodman desde sus inicios, cuando estudió diseño en New York y Bellas Artes en Roma. Interiores vacíos, habitaciones anodinas de paredes descascaradas y muchas veces pobladas de objetos antiguos, que le daban un aspecto decadente a la imagen, eran sus escenarios preferidos; sumándole a veces exposiciones largas a la toma para lograr ambientes oníricos. Durante su estancia en Roma, las fotografías en las que el fondo muestra paredes deterioradas, enfatizando la calidad geométrica del origen arquitectónico clásico, cuyo estado es ruinoso. Estos escenarios recuerdan ambientes en los que le gustaba ubicar su trabajo en Rhode Island, donde buscaba viejas mansiones victorianas o fábricas abandonadas que le pudieran ofrecer el contexto apropiado para lo que quería expresar. En este periodo, sus fotografías muestran su influencia de los pintores clásicos italianos. Por ejemplo en su serie Calendario Pez -6 días, compone un aspecto general de naturalezas muertas junto con desnudos parciales.
Según el crítico británico Chris Towsend, que hace la introducción de un volumen antológico editado por Phaidon en 2006, en el instinto y las intenciones de Woodman yace el fuego del arte surrealista. “Muchas fotografías de Woodman le deben algo al trabajo de otro, desde las más antiguas tradiciones del arte moderno, como el surrealismo, hasta sus contemporáneos o maestros… La historia del arte es algo que los artistas descubren y ante la cual intentan reaccionar. Woodman no fue un genio inculto que brotó de repente… Su gran capacidad fue transformar su compromiso con la historia del arte y sus influencias en imágenes que eran algo más que simples imágenes”, explica antes de definir a la artista como una autorretratista consciente de una larga tradición que va de Durero a Rembrandt, pasando por Caravaggio.
Para Francesca el medio preferido para sus imágenes era el libro, sus fotos pasaban desapercibidas en galerías, sobre todo si tenían que competir con las imágenes de moda, aumentadas a tamaños descomunales. Nunca pudo llegar a vivir de la fotografía, su universo estaba hecho de estudios y crecimiento, artístico y personal. Y en muchos casos, dudas y tribulaciones.
En 1979 se trasladaría a Nueva York donde quizo hacer carrera como fotógrafa. Envió portfolios a varios fotógrafos de moda, pero sus esfuerzos no se vieron recompensados. Diseñó libros para recoger sus fotografías, pero sólo se publicó uno de ellos: Algunas geometrías interiores desordenadas, en 1981. También mostró carpetas en galerías pero tampoco obtuvo respuesta alguna. Debido a su fracaso y a una rotura sentimental, Woodman entra en una profunda depresión.
El 19 de Enero de 1981 con apenas 23 años de edad murió al saltar por una ventana del Lower East Side de Manhattan.
Antes de suicidarse, dejó una carta a un amigo de la escuela, en la que escribía las siguientes palabras: “Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas…”.
Situada entre los mitos de la fotgrafía del siglo XX, sus autorretratos, expuestos en el MOMA, en el Metropolitan Museum y en la Fondation Cartier pour l’Art Contemporain de París, se han convertido ya en objeto de culto.
Sus padres hoy gestionan un archivo de más de 800 imágenes de las cuales solo 120 han sido expuestas o publicadas hasta a fecha. De ellos obtendría también Francesca sus primeras influencia hacia el arte, que ella conceptualizaría no solo como un modo de vivir, sino más bien como un modo de pensar.
Por sexto año consecutivo Petrobras Argentina y Buenos Aires Photo invitan a participar delconcurso fotográfico “Petrobras-Buenos Aires Photo | Edición 2011”
Eljurado, integrado por Victoria Verlichak, Alicia de Arteaga, Ana María Battistozzi, Rodrigo Alonso y Valeria González, será el encargado de seleccionar a los finalistas del premio.A diferencia de las ediciones anteriores, en las que se seleccionaban a 12 finalistas,en esta oportunidad se amplió a 20 la cantidad artistas que participarán de la elección final.
Lospremiosdestinados al1er y 2do lugar(ambos adquisición) serán de$17.000 y $8.000respectivamente, y junto a los otros 18 finalistas, formarán parte de la muestra de 20 trabajos en el espacio Petrobras de la feria 2011.
Además, el jurado determinará3 menciones especiales de $1.000 cada una(No adquisición)
La fecha límite para la presentación de los trabajos es el 16 de septiembre.
Fotógrafo neoyorkino, pintor e ilustrador, comenzó a tomar fotografías como apoyo para sus pinturas.
En 1903, a la edad de 18 años, Alfred se matriculó en la Art Students League de Nueva York. En 1904 se trasladó a la National Academy of Design en Nueva York. Ahí fue donde cursó la carrera de ilustrador. El dibujo y las clases de pintura desde el modelo de desnudos que fueron parte de un riguroso programa de entrenamiento de la Academia demostrarían tener una influencia significativa en su fotografía más tarde.
Johnston comenzó a experimentar con la fotografía a partír de retratar a sus amigos y compañeros que asistían a sus clases de arte. Alfred aplicaba los conocimientos y los principios que había absorbido de sus clases de pintura a su fotografía de retrato. Las fotos de Johnston eran muy pictóricas y durante toda su vida muchos comparaban su técnica fotográfica a la de las obras de arte pictóricas.
Publicidad de cigarillos 1930 - Photo: Alfred Cheney Johnston
Johnston se graduó en la Academia en 1908 y se casó con su compañera Doris Gernon en 1909. Para los próximos siete años Cheney continuó experimentando con su fotografía, mientras que Doris, una consumada pintora era conocida por hacer el trabajo del cuarto oscuro y sus retoques artísticos en vidrio de Cheney en placas y grabados.
La gran oportunidad de su carrera para Cheney llegó de la mano del productor teatral Florenz Ziegfeld, cuando en 1916 le propone como fotógrafo oficial de las chicas de su espectáculo de la revista musical en Brodway "Ziegfeld Follies", inspirado en el cabaret parisino "Folies Bergère", ofrecimiento que aceptó gustoso con una única condición: que apareciese su nombre en cada fotografía por él realizada.
Fue el creador de las "Ziegfeld Girls" que se convirtieron en el nuevo estándar de belleza para una nueva generación de estadounidenses.
Johnston desarrolló, hasta un punto por aquel entonces inigualado, el arte de hacer aparecer en estado de desnudez a sus modelos, que sin embargo en muchas ocasiones posaban vestidas, aunque para la época eran tratadas por algunos de pornográficas. Tomó fotografías de todas las grandes estrellas del cine mudo de los años veinte; entre las cuales se contaban Gloria Swanson, Irving Berlin, Louise Brooks, Paulette Godard, las Dolly Sisters, entre otras.
Tras publicar su conocida serie de retratos del cabaret Ziegfeld Follies de Nueva York se convirtió en un referente de la fotografía de desnudo. Sus fotos, que eran todos encargos, estaban llenas de sensualidad y erotismo. Johnston tenía un don innato para trabajar con drapeados, telas y encajes, que sólo disimulan a medias, de manera que sus estrellas no tenían necesidad de desvestirse, para aparecer desnudas ante los ojos de sus admiradores.
Fue uno de los primeros fotógrafos que comenzó a iluminar con luz artificial todos sus retratos de estudio. Y se puede decir que también fue un pionero en la fotografía erótica, si bien hubo otros fotógrafos que trabajaron con el desnudo en la fotografía con anterioridad, no lo hicieron con tanta delicadeza y refinamiento como lo hizo Cheney.
Con la desaparición del cine mudo, el crack de la bolsa en los años treintas, y la muerte de su productor y amigo, la gloria de Johnston comenzó a decaer. A finales de 1970 Cheney intentó donar su estudio y todo su trabajo fotográfico a diversas organizaciones en Nueva York y Washington DC, pero nadie estaba interesado o en condiciones de almacenarlo.
Muere en el total anonimato en su casa de New York en el año 1971.
El fotógrafo Rich Lam (de la agencia AP) captó ayer esta imagen durante los disturbios ocurridos en Vancouver al término de un partido de hockey, donde los hinchas locales se enfretaron duramente con la policia. La foto que se extendió rápidamente por Twitter.
Para los que no lo conocen Winogrand, es otro de los "reyes" o más bien "el príncipe" de la fotografía callejera (street photogaphy) o toma de calle como la conocemos por acá. Fotógrafo norteamericano documentalista que supo tener tres becas Guggenheim y exponer en el MOMA a las 35 años, autor super prolífico, profesor de fotografía en dos universidades, expuso junto a Diane Arbus, Lee Friedlander, Jerome Liebling, Duane Michaels, Bruce Davidson y Minor White entre otros.
Confuso y anárquico, sus fotografías estaban llenas de humor y crítica, no quería conseguir la foto perfecta, bella, o efectista. Trabajaba con una Leica (M4) con gran angular y pre-enfocada, lo cual le permitía estar siempre listo para captar el momento sin mucho manierismo. Su campo de trabajo: las calles de los Estados Unidos (más que nada las de New York) en los 60's y 70's, y las fiestas privadas. Se mezclaba con la multitud.
Fue otro de los tantos fotógrafos que se dedicó a observar exhaustivamente a la sociedad estadounidense y retratarla como pocos. Fue un gran renovador de la fotografía norteamericana del Siglo XX, captó la transformación social femenina de esas décadas de una manera frontal, mezclándose en las calles, mostrando el cambio en el que la mujer, en pleno movimiento contracultural, cambiaba de rol y reivindicaba su derecho a vivir su sexualidad de forma independiente y emancipada. "Women are beatifull" es un ensayo sobre la belleza de la nueva mujer, segura de sí misma. Un trabajo que, sin renunciar a un esteticismo que le hace fácilmente reconocible, huye de lo superficial, sin retocar ni agregar nada que pueda perjudicar ese ambiente.
Influenciado por Frank, Bresson, Walker Evans y un poco por Weegee, cultivó el blanco y negro, aunque supo registrar algunas imágenes sorprendentes a color, siempre le interesó la gente de las ciudades y los momentos comunes, a los cuales él los convertía en raros. Nada preocupado por la técnica (aunque la conocía y con creces) muchas veces torcía la cámara, sobre-exponía y otras tantas las sacaba con flash de cámara, quizás para revelar más aún los defectos de la gente.
Se fué a los 54 años de edad dejando unos 12.000 rollos sin revelar o sea unas 400.00 fotos que sacó, pero quenunca vió.
Garry, a la izquierda, junto a un grupo de alumnos en un workshop.
Un espectador de lujo y en primera fila de esas décadas de cambios, guerras, rock y revueltas.
"Me gusta pensar en la fotografía como un acto de respeto en dos formas. Respeto por el medio, dejándole hacer lo que mejor hace, describir. Y respeto por el tema, describiéndolo como es. Un fotógrafo debe responsabilizarse de ambos".